martes, 23 de enero de 2018

SEÑOR HOYOS, NO CABEN MÁS EXCUSAS

Ángel Guillermo Hoyos comandará su tercer campeonato al mando de Universidad de Chile y las expectativas de los hinchas no dan espacio a medias tintas. Y es que tras el paupérrimo nivel futbolístico mostrado en el torneo recién pasado -a pesar de haber peleado el título hasta el final debido al pésimo nivel de la competición- la tarea del técnico argentino es mostrar una idea futbolística acorde al grupo de jugadores que tiene y al buzo que utiliza.

En esta línea, hay que dejar en claro que en el fútbol lo más importante es ganar, sin ningún tipo de dudas, pero no es lo único y mucho menos en un club como la U. La historia de los azules impone que el empuje y coraje no se negocian, sin embargo, no son suficientes; ¡Universidad de Chile está obligada a jugar bien! Pero, ¿Qué es jugar bien? Se los planteo de la siguiente forma: pregúntenle a cualquier futbolista del mundo ¿Qué prefiere, jugar con la pelota o correr detrás de ella? Les aseguro que la gran mayoría va a elegir la primera opción.

Y, precisamente, ese es el gran problema de la U. Nunca tiene la pelota, por lo que termina (casi siempre) a merced de las capacidades del rival de turno, y lo que es peor, es un equipo de reacción, o sea renuncia al protagonismo para terminar siendo un actor de reparto.

¿A qué jugó el equipo el campeonato pasado? Se los respondo coloquialmente…’a penca pa´ arriba y a ver qué pasa´, entonces volvemos a la frase del primer párrafo ¿La idea futbolística de Guillermo Hoyos se adecua al grupo de jugadores que tiene y al buzo que lo viste cada fin de semana? La respuesta es evidente, pero esto tiene que cambiar.   


¿Quién es realmente Ángel Guillermo?


En su llegada al país, la prensa (y él mismo), lo vendieron como un técnico de fuertes raíces ligadas al estilo del Barcelona. Claro, su amistad con Messi y el haber trabajado un par de años en La Masía (cadetes del FCB), abalaban la retórica del deté, sin embargo, a la hora de ‘los q’ hubo’ la realidad golpeó de movida a los hinchas azules.

Es que en su primer campeonato al mando del equipo -más que desplegar una idea ligada a la posesión de pelota, a la dinámica de sus jugadores a la hora de atacar y recuperar la misma o privilegiar a jugadores de buen pie- lo que hizo el cordobés fue llenar de confianza a su plantel (desde la predica y el buen manejo de grupo) y tener un poco de suerte.

A ver, digámosle la verdad a la gente: si Antofagasta no le ganaba en la penúltima fecha al archirrival, la ‘Gata’ Fernández no decidía irse a Brasil y la dirigencia no dejaba a David Pizarro en el plantel (le cayó del cielo y de rebote), la U no salía campeón. ¡Al César, lo que es del César!

Luego, en su segundo torneo, el ex entrenador de Bolivia tuvo la chance de pedir jugadores a su medida para llevar a cabo su ‘ideología de juego’, sin embargo, contrató a Rafael Caroca, Rodrigo Echeverría, Felipe Seymour, Martín Arenas (nadie supo cómo jugaba) e Isaac Díaz. Ningún jugador capaz de crear una jugada de gol, de meter un pase filtrado, de ser el líder futbolístico, el ‘manija’ del equipo.

Merced a lo anterior, no hay dudas de que Hoyos quedó en evidencia en cuanto al verso del ‘estilo Barsa’ y, además, desaprovechó por completo las notables habilidades -al espacio en velocidad- de Francisco ‘Galgo’ Arancibia (que llegó al club bajo la política de ‘refuerzo exportable’) y de Mauricio Pinilla que tenía que pelear solo contra el mundo tras los innumerables pelotazos que le llovían desde la zaga azul. (No me voy a referir a las ridículas comparaciones que hizo de sus jugadores con ciertas figuras europeas, porque hacerlo representaría una doble burla para los hinchas).

Mientras tanto, luego de cada nefasta presentación azul, el ex entrenador de Once Caldas no respondía ninguna de las tibias preguntas de la prensa referentes al magro y poco vistos juego que exponía su conjunto y sólo se remitía a lanzar frases vacías -vestidas de evasivas- que buscaban tomarle el pelo a la gente que, por lo demás, no es tonta y terminó por crear una animadversión (tenue, pero animadversión, al fin y al cabo), contra el adiestrador. ¡Guillermo Hoyos había quedado retratado, desnudo ante el público!

Lo que viene         

      
En lo que va del 2018, y desde el punto de vista cuantitativo porque nadie ha podido ver al equipo en cancha, la U ha sufrido dos derrotas, seis goles en contra y solo uno a favor. Saldo negativo en pretemporada, sin embargo, las contrataciones que realizó Azul Azul invitan a cambiar el ship del entrenador en cuanto a su propuesta futbolística. Más bien lo obligan diría yo.

Esto porque, hasta el momento, llegaron al CDA: Felipe Saavedra, Ángelo Araos y Yeferson Soteldo. Estos dos últimos, unido a David Pizarro, empujan a Hoyos a dejar las mezquindades de un lado para desarrollar un “método” mucho más propositivo a la hora de plantear los partidos. En este sentido, sería ideal la llegada de César Pinares, ya que tiene muy buen pie pensando en el último pase, un despliegue físico importante y no le hace asco a la refriega a la hora de recuperar la pelota (Además se gana en pelota detenida).

Está claro que el déficit defensivo del equipo ha sido evidente y que Ronald Fuentes no hincó el diente en reforzar la última línea, pero se puede mellar esa realidad con una IDEA/estilo de ‘equipo grande’. Para ello es fundamental recuperar la identidad del club, la cual tiene que ver con nuestra manera de ser; qué nos gusta, qué nos emociona, porque al final eso es el fútbol; un fenómeno emotivo…es cultural.

De esta forma, Ángel Guillermo Hoyos, tiene el deber moral e histórico de armar un equipo con sentido colectivo, de fútbol de posesión y NO de refriega como hasta ahora…cambiar el paradigma. Si me preguntan a mí -y partiendo de la base de que la línea de 4 posterior va a ser la misma de siempre (Bose-Jara-Vilches-Matías)- el mediocampo tiene que ser con Lorenzo Reyes de 6 y Ángelo Araos (sí, el antofagastino) y David Pizarro (si no llega Pinares) de mixtos para dejar arriba a Soteldo por izquierda, Pinilla de 9 y ‘El Galgo’ Arancibia por derecha.

Porque con Araos, Pizarro (o Pinares) se gana en juego, en posesión y pases filtrados, lo que es fundamental para Soteldo y ‘El Galgo’ -que con espacios- pueden hacer muy fuerte al equipo en el mano a mano -tanto a nivel local, como internacional- tomando en cuenta que los azules debutan en Copa Libertadores recién el 13 de marzo, más de un mes después haber comenzado el torneo local. Esto quiere decir que El Romántico Viajero tiene más de 30 días para aceitar la máquina de cara a la Copa, entonces la responsabilidad recae totalmente en Ángel Guillermo.

Ahora, no tengo dudas que por ahí aparecerá el conservador de turno que encontrará demasiado osado este planteo, pero la premisa es clara…para ganar y conseguir ‘algo’ hay que jugársela y, en definitiva, si tenemos la pelota nosotros, no la tienen ellos. La U armó un plantel para ser protagonistas este año, así es que… ¡Señor Hoyos, no caben más excusas!

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