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¡Ganó la “U”! Tercera victoria consecutiva del cuadro
azul que apacigua las aguas, lo deja con 9 unidades en la tabla y al acecho del
puntero del campeonato 2018, Universidad Católica (10pts). Triunfo con sabor a
sudor y lágrima que seguramente llena de confianza a los jugadores de cara a lo
que viene en el ámbito local y, fundamentalmente, en el internacional. Ahora, ¿Se espantaron todos los fantasmas del
juego en la “U”? Pocazo diría yo.
“…con la producción de los chicos se generaron
varias oportunidades a través del juego en sí, más que individualidades”. Esta fue una de las frases que tiró Guillermo
Hoyos luego de superar a Deportes Temuco en el Germán Becker, pero ¿Fue realmente así? Más allá del cambio
de esquema (forma) ¿La “U” mostró avances
en su juego colectivo (fondo)? Puede ser. Ahora, pensando en el nivel de
los equipos que se encontrará en Copa Libertadores, NO es suficiente.
La verdad es que los azules, evidentemente,
se ven más sólidos en defensa jugando con tres zagueros. La incorporación de Echeverría terminó
por estabilizar mentalmente el juego de Vilches y ayudó a liberar a Jara -en
cuanto a sus responsabilidades defensivas- para poder hacer lo que más le
acomoda; ser la primera salida del equipo en base a su buen pie y pelotazos largos.
Leve mejoría que, a nivel continental
vuelvo a repetir, no alcanza.
Es
que el tándem Bose – Soteldo por
izquierda se torna demasiado esporádico sin tener un claro armador de juego
que les permita moverse con fluidez por la siniestra. Y en este sentido, a
pesar de que David Pizarro siempre
te da un toque de serenidad (y sobre todo de calidad) con la pelota en los pies,
ya no puede ser el ‘manija’ del equipo en soledad. Es evidente que necesita un
socio.
Por
otro lado, Lorenzo Reyes pasa por su
mejor momento, pero expele un tufillo a desidia
cuando se ‘suelta’ y toma las banderas dejando un pasillo gigante por el
centro del campo que permite a los rivales (2 o 3 veces por partido) meter pelotas
con ventajas a los delanteros que terminan quedando mano a mano con los
centrales bullangueros. Y ahí sí que sufren…y mucho. En este sentido, OJO, no
es lo mismo un face to face de
Vilches con Alfredo Ábalos que contra Lautaro
Martínez, De Arrascaeta o Rafael Sobis.
Creo
que el equipo sigue carente de posesión de pelota al momento de buscar ganar un
partido y ni hablar cuando necesita ‘manejar’ el mismo. Es un hecho de la causa
que, al primer intento fallido en generar pequeñas sociedades, el equipo se
tienta a tirar pelotazos y, por consiguiente, a buscar maniobras individuales de
Nico Guerra, Mauricio Pinilla o Yeferson Soteldo. No existe, todavía, un plan colectivo que le permita al equipo sostener
un partido sin terminar con el bus en el arco y los dídimos en la garganta.
¡Al César lo que es del César! Me gustaría destacar que Guillermo Hoyos
está dejando el dogmatismo de lado al intentar encontrarle la vuelta al equipo.
Primero, cambiando el esquema (forma) y luego
al atreverse a profanar sus misterios para hablar de fútbol (esto tras el
partido en la IX región). Le he dado durísimo al argentino y me parece que
corresponde este comentario.
Ahora,
dicho lo anterior, voy a defender mi idea contra viento y marea: El déficit de
la “U” está en la tenencia de pelota y, sobre todo, en la construcción de juego
(fondo). Esto no ha cambiado en demasía
de cara a Copa Libertadores, por lo que cuidado hincha, que el árbol (los triunfos)
no tape el bosque (funcionamiento).