Foto: Twitter (@ReinaldoRuedaDT) |
Tras
el desastroso año 2017 para el futbol chileno, tanto a nivel equipos como
selección, Arturo Salah habría
decidido contratar al colombiano Reinaldo
Rueda como nuevo entrenador de La Roja (a esta hora puede que ya haya sido
oficializado). Decisión que el medio especializado ha aprobado esgrimiendo
frases como “tiene currículum” o simplemente
por sus “logros”. Ahora, la pregunta
es ¿Alguien se ha preocupado por analizar la ‘idea de juego’ que ofrece el ex
deté de Atlético Nacional? ¿Lo cualitativo por sobre lo cuantitativo? Ante la
respuesta evidente, es que nace este escrito.
Primero
que todo, quiero dejar en claro que jamás
voy a cuestionar a una persona desde la vereda de lo personal o centrado en
exaltar o denostar aspectos que no tengan nada que ver con lo futbolístico.
Dicho esto, es imperativo hablar de la idiosincrasia
del futbolista chileno en general -y la de esta generación en particular- en
contraposición al “método” que ha demostrado tener Rueda en los procesos
exitosos de su carrera. Es decir, el cómo siente y practica el fútbol.
En
cuanto a selecciones nacionales, el cafetero dirigió a Colombia (no clasificó a
Alemania 2006), Honduras y Ecuador. Con estos dos últimos, logró el pasaje a las
citas mundialistas de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 respectivamente, sin pasar la primera ronda en ambos casos.
En estos procesos, el caleño implementó un estilo de juego bastante conocido
por algunas generaciones de chilenos; el de ‘equipo pijama’.
Esto
quiere decir, un estilo futbolístico
basado en el pragmatismo propio de los años 80´s. O sea, de local intentamos
hacernos de la pelota para imponer condiciones, pero de visita armamos dos
líneas de 4, esperamos en nuestro campo totalmente refugiados para luego salir
-en la medida de lo posible- rápido y de contraataque. Y ojo que esto no lo
digo yo, sino que es un dato de la causa.
Más de
algún futbolero de raza habrá escuchado decir a su papá, abuelo o algún conocido,
que para Chile perder 1x0 de visita era
un buen resultado hace 30 años atrás. Claro, eran los tiempos del ‘luchismo’ (cuando Luis Santibáñez estaba
al mando del equipo nacional) y así nos iba. Tenemos claro que, a nivel fútbol,
jamás marcamos una diferencia en el continente y ni hablar de cómo nos veían en
el resto del mundo. ¡No existíamos! Entonces, ¿Queremos volver a los vicios del pasado?, realmente ¿Queremos
volver a tropezar con las mismas piedras de hace un par de décadas atrás? Yo,
por lo menos, no.
La Nuestra vs La Suya
Pero, ¿Por
qué el “método Rueda” no es el indicado para a la Roja? Lo repito de vuelta, por
un tema de idiosincrasia. Esto tiene que ver con las características de
nuestros jugadores, las cuales nos diferencian de los demás. Tiene que ver con
el estilo, con nuestro rasgo
identitario, con nuestra manera de ser; qué nos gusta, qué nos emociona,
porque -esencialmente- eso es el fútbol;
un fenómeno emotivo.
En
base a esto pregunto: ¿Qué nos toca la
fibra? ¿Un pase magistral de Valdivia entre las piernas de Fucile o un
carrerón de 70 metros de Antonio Valencia saliendo de contraataque? En serio
les pregunto ¿Cuál es La Nuestra?
Yo, al menos, la tengo clara.
Si hay
algo que nos ha demostrado la historia exitosa de nuestro balompié, es que las raíces
de nuestra identidad futbolera nacen bajo el alero de Fernando Riera (Mundial del ’62); sentido colectivo del juego,
posesión de pelota, juego ofensivo, dinámico, de toque y buen pie donde lo
esencial no es centrarse en las habilidades del rival de turno para planificar
un partido, sino todo lo contrario; en nuestro potencial, en lo que nosotros
podemos realizar. La versión moderna del ‘Rierismo’ fue, sin dudas, la forma en
cómo ganamos la Copa América 2015.
Las
características de nuestras grandes glorias como Alexis Sánchez, Charles Aránguiz, Marcelo Díaz, Jorge Valdivia, Arturo Vidal,
Leonel Sánchez, Honorino Landa, Rubén Marcos Peralta, Francisco Valdés,
Patricio Yáñez, Carlos Reinoso, Marcelo Salas, entre muchos otros, nacen
del mismo palo.
Jugadores
versátiles, técnicos, cachañeros, de
una voraz vocación ofensiva y jamás para ir
a buscar un resultado en base al ‘ratoneo’ que te empuja al vicio de la refriega
física (así nos fue en la final de Copa América del ’87 por ejemplo).
Entonces, si tenemos la capacidad técnica de defendernos con la pelota, ¿Por
qué tendríamos que cederle la iniciativa al rival si tenemos pasta de
protagonistas?
En
referencia a lo anterior, Reinaldo Rueda necesita otros atributos individuales -por parte de sus jugadores- para
poder llevar acabo su forma de juego, su estilo…La Suya. Rasgos, precisamente,
que no tienen que ver con nuestra esencia. De muestra un botón. El Ecuador que
dirigió rumbo a Brasil 2014 jugaba con una línea de 4 en el fondo compuesta por
Juan Carlos Paredes (1,78 cm) de
lateral derecho, Frickson Erazo
(1,92cm) y Gabriel Achilier (1,80cm)
de centrales y Walter Ayoví (1,71cm)
por izquierda.
La
otra línea de 4 estaba conformada por Antonio
Valencia (1,80cm) como volante por derecha, Christian Noboa (1,83cm) y Segundo
Castillos (1,80cm) de marcadores centrales y Jefferson Montero (1,70cm) por el ala izquierda, para dejar arriba
al ‘Chucho’ Benítez (QEPD) y Felipe Caicedo (1,83). Un grupo de
jugadores, que más que futbolistas, parecía un combinado de atletas preparados
para competir en lucha grecorromana. Claro, con aquellos intérpretes se podía
dar el lujo de esperar a su rival de turno en campo propio y salir a 200 km/h
derrochando potencia física. ¡Los chilenos no poseen esas características, en
ningún caso!
De
esta forma -sin el diario del lunes con el que todos somos campeones del mundo
después de la batalla- me animo a decir que Reinaldo Rueda no es el hombre que
necesitamos en la selección. Y lo vuelvo a repetir,
no tengo absolutamente nada personal en contra de Reinaldo Rueda ni su cuerpo
técnico. Es más, tengo la certeza de que
es una persona respetuosa, decente y muy trabajadora, pero que lleva como
bandera una idea que no cuaja con La Nuestra.
Dicho esto, deseo fervientemente que, de llegar el caleño a la banca nacional, todo lo expuesto en esta columna NO ocurra
porque eso significaría que volveríamos a ser protagonistas, por lo menos, a
nivel continental. De igual forma, en mi calidad de periodista deportivo, tengo
la obligación de dar a conocer mi punto de vista…de ‘verla antes’ y por ello
estoy convencido de que el “Método Rueda” no es el camino.
Twitter: @matrope_
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