martes, 23 de octubre de 2018

Orlando Villagrán, rostro del CDF: “Existen enemistades grandes en el mundo del relato”

Foto: Orlando Villagrán (Facebook)
Raúl Zurita dijo alguna vez que la tarea del hombre nunca fue escribir poemas, ni pintar cuadros, sino que hacer de la vida una obra de arte. En esta parada parece estar Orlando Alberto Villagrán Ibáñez (31), el relator más promisorio del Canal del Fútbol (CDF).

En la siguiente charla -realizada en las inmediaciones del Instituto Nacional del Fútbol (INAF)- habla de quiénes fueron y son sus referentes, de los ‘amiguismos’ que imperan y perturban el medio, los egos y, también, de sus sueños a futuro.



A ver si se entiende la figura de la pregunta, ¿Por qué relator y no oficinista?


-Porque fue mi sueño de toda la vida. Mi gran referente era Luis Omar Tapia. Lo escuchaba desde niño en ESPN. Después lo fue Claudio Palma a quien seguía en Sky (extinto canal de deportes).


Hay un dicho que dice: Más frío que… ¿Beso de suegra, Bailar con la hermana o Abrazo de relator?


(Antes de terminar la pregunta comienza a reír. Lleva hacia su frente una de sus manos y comienza a mover la cabeza como diciendo...” entiendo para dónde vamos” y responde)…

-Prefiero como “candado de potrero” más que cualquiera de las otras tres(opciones), pero es verdad que hay egos en el mundo del relato. Hay enemistades grandes que, a mi juicio, se dan por el desarrollo de la carrera de cada uno. Ahora, uno trata de abstraerse de esas lógicas innecesarias porque, al final, terminan haciéndole daño a uno mismo.


En esa exacerbación del ego, por parte del mundo del relato, ¿Cómo Influye la exposición mediática de la que son protagonistas en esta época de historia?


-Claro, tiene que ver son eso y también con las oportunidades que va generando uno y que otros no consiguen. Hay relatores que se sienten capacitados para algo, pero que cuando los ponen ‘en acción’, no dan el ancho.  


¿Qué es el ego para usted?


-Es la mala visión que uno tiene de sí mismo frente al mundo.


¿Qué opinión le merece Patricio Vergara?


(La seriedad se atrinchera en las facciones de su rostro. No duda un segundo en responder, como si se tratara de una escena de Stanley Kubrick; sin texto, ni puesta en escena al azar) …

-‘Patito’ Vergara, gran muchacho. Ha tratado de surgir en el mundo del relato. Si él orienta su objetivo, va a llegar lejos. Ya, por lo menos, es muy querido en su natal
Melipilla.


“El ‘amiguismo’ es el cáncer de los medios de comunicación”, Orlando Villagrán.





¿Palmista o Trovadorista?

  -‘Palmista’, a ojos cerrados. Él (Claudio Palma) me dio la primera herramienta. Él me dio el primer micrófono. Entonces hay un tema de consecuencia…Claudio es el mejor relator de Chile.


(Parece haber terminada su respuesta, pero solo la interrumpe 5 segundos -que parecieron minutos- y completa su sentencia) …

… ¡No es por desmerecer a Alberto (Jesús López), ah! Lo conozco. Soy compañero de él, pero son etapas distintas también.      


¿Existe el “amiguismo” en el mundo del relato?


-Sí, sí…sí. Hay un ‘amiguismo’ bueno que tiene que ver con la confianza que le tienes a tus pares…ese es rescatable. Ahora, hay un ‘amiguismo’ por o para llegar a cumplir una función…ese es el cáncer de los medios de comunicación en general.   


Víctor Hugo Morales dijo que su relato del famoso gol de Maradona a los ingleses, en México ’86, fue malo desde el punto de vista técnico ¿Qué opinión le merece esa afirmación?  


-Cuando uno relata emociones, a veces, olvida el tecnicismo. Muchas veces olvida la técnica vocal. V. H. Morales es una bestia del relato y -en ese gol de Maradona- hace correr toda su emoción, antes que el pragmatismo del relato propiamente tal. 


A la hora de relatar un partido, sea éste de Primera B o una final de Copa América ¿Qué se debe privilegiar, la pasión o la razón?


-El contexto y los jefes te van diagramando -también- lo que uno tiene que responder. Uno no le puede dar un cariz de final de Copa América a un partido de la B de mitad de tabla hacia abajo. Sin embargo, siempre hay que ser respetuoso del hincha y, por lo tanto, hay que gritar el gol como corresponde. Para mí, llegar al hincha es el principal objetivo. Esa es la premisa.


Pero, yendo al punto, sin rodeos, concretamente… ¿Qué se debe imponer a la hora de narrar un partido de fútbol, la razón o la pasión?


-Mmmmm…pasión, lejos.


Este santiaguino -Técnico Jurídico de profesión, hincha de Everton, soltero y padre de 2 hijas- llegó al CDF el año 2013 con la misión de visibilizar el campeonato del Fútbol Joven impulsado por la ANFP. De aquella fecha hasta hoy, han pasado océanos bajo el puente y el ‘leitmotiv’ de su vida parece haber mutado. Todo hace presagiar que tomó como propio el desafiante consejo de Vicente Huidobro que habla de “dejar de cantar la rosa y, de una vez por todas, intentar hacerla poesía…”


¿Qué entiende por “Perseguir un Sueño?


-Lo entiendo como una razón de vivir. Uno en esta vida tiene que enfocarse en lo que siempre ha querido ser. No tener miedo de si lo que sueña va a resultar o no. Creo que, con esa mentalidad, uno se puede sentir pleno en la vida.
  

Usted camina por la calle, se encuentra una botella, la frota y sale un genio que le ofrece hacer realidad la respuesta a la siguiente pregunta ¿Cuál es el partido que sueña relatar alguna vez?...¿Qué respondería?


-Chile en la final de un mundial. Creo que ese sería “él” partido.


¿Le gustaría que algún hijo suyo siguiese sus pasos en el relato?


Sí, me encantaría. Me gustaría que se sienta feliz y si eso implica que sea periodista, comunicador, relator o lo que sea…¡Qué tire para adelante!



Alguien por ahí dijo una vez que “No hay nada más poderosos en la vida que una idea a la que le llega su tiempo” … ¿Cree que le llegó el tiempo a su idea?


Sí, totalmente. Al momento de llegar al Canal del Fútbol, creo que mi idea se perfeccionó, pero eso es solo una etapa. La idea no termina ahí. Hay que seguir construyendo y seguir perfeccionando lo que uno hace.     


¿Cuál es el siguiente paso que quiere dar en su carrera como relator?


-Quiero ser el promotor de las nuevas generaciones de relatores. Darle las chances a los que están saliendo -y no tienen las herramientas- para que ‘agarren’ un micrófono, se atrevan y rompan los paradigmas previamente establecidos.