Comienza un
nuevo Mundial y la pasión del futbolero promedio empieza a incrementarse de
forma exponencial…menos en Chile, claro. Es que Rusia 2018 no contará con el
Bicampeón de América que, como buen nuevo rico del barrio, no supo manejar los
egos de sus estrellitas y, por lo tanto, terminó pegándose un histórico
bazucaso en el empeine ¿Los responsables? Varios: Pizzi, jugadores, dirigentes,
PERIODISTAS e incluso la gente.
Cuento viejo y
lleno de cuchillazos en el pecho que no vienen al caso, pero que algunos
vecinos (vestidos de mediocridad) insisten en recordar, incluso más que las
copas perdidas por Chilly Willy (googlee). Estrellita que -a diferencia de las
nuestras- jamás ganó un campeonato adulto para sus compatriotas, pero que sí
renegó de sus colores cuando fracasó por enésima vez en Estados Unidos, hace ya
2 años.
La realidad es
que la Copa Mundial arranca mañana y, mediáticamente, parece que no estamos tan
lejos del viejo continente. Esto porque algunos medios, y en especial los
hinchas, del subcampeón de América, Argentina (SUBCAMPEÓN: quiere decir que
salió SEGUNDO, por si alguien no entiende la semiótica de la palabra), han
comenzado a ‘mojarle’ la oreja a los chilenos por su no presencia en la antigua
Unión Soviética.
Pero, ¿Cómo y
por qué se genera este fenómeno? Bueno, se los ejemplifico de la siguiente
manera: Imaginemos a un vecino arrogante que hace de una cultura ajena, una
identidad propia (modismos, comida y gestos). Este tipo vive en un barrio donde
siempre estará a la sombra del gran vecino (Brasil) -por los siglos de los
siglos- por lo que tiene que mantener a los demás vecinitos en su lugar (Chile,
Perú, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Colombia, Venezuela), es decir, por debajo de
él mismo para no ser tan chiquito al lado del big boss de la ‘pobla’.
Llega un día
donde uno de esos vecinitos se aburré de los diminutivos y -en el campeonato de
la cuadra, le gana el primer lugar al ‘cachetón’. Y para más remate, el
arrogante vecino se jacta de contar con el mejor vecino de cualquier barrio que
exista en este planeta, pero igual pierde y no solo una vez, sino que…a ver 1,
2, 3, 4 y hasta 5 veces. Entonces, ¿Cómo hace el paltón de cuarta para pasar
piola? Reúne a los demás vecinitos chiquitos (que no han tenido la dicha de
ganar algo este siglo) y los pone en contra del que aspira a quitarle el cetro,
por lo menos en esta época.
¡Y así les va!
Peruanos, colombianos, ecuatorianos y hasta la provincia más pequeña de
Argentina, se han sumado a las burlas en contra de Chile. Encono que no hace
más que agrandar los triunfos de Alexis, Vidal, Charles y CIA, vs. los fracasos
del club de amigos de Chilly Willy. Rabia, frustración y mediocridad de una
nación entera que no sabe lo que es GANAR, curiosamente, luego de la muerte de
Humberto Grondona. Animadversión que, quieran o no, seguirá a flor de piel si
es que no logran hacer (la FIFA por ejemplo) ganar al que ‘pechea’ en todas las
finales.
Y es así
muchachos, la realidad es esa. Porque ¿Les cuento algo pingüilovers? Mientras
se realice el mundial, los chilenos seguiremos presentes en sus pensamientos,
en sus cánticos, en sus frustraciones, en su inflación, en su precio del dólar,
en sus mezquindades de europeo frustrado…hasta que su generación de fracasados,
le gane a la nuestra de ganadores. Mientras tanto, les hago la última pregunta
cebollitas, están seguros de que los chilenos ¿NO IRÁN?