miércoles, 25 de agosto de 2021

Arturo vs. Vidal: ¿Rey o Perking?

-Escrita el 14 de junio 2020-

Tras meses de ostracismo, el fútbol parece ver la luz al final de túnel en un contexto de pandemia que nos tiene a todos, más o menos, jodidos. Y es que la “nueva normalidad” (la de verdad, eso sí) parece imponerse- en primera instancia- en los países europeos que más han sufrido los embates de un virus que hasta hoy no tiene cura posible.

Ante la evidencia, las naciones realmente serias han comenzado “a soltar” sus normas restrictivas para volver a poner en marcha sus rutinas y así devolverle (aunque sea un poco) el ama al cuerpo a sus compatriotas. Y en esa lógica, el fenómeno social más importante de la historia (después del cristianismo) jamás será un actor de reparto.

Así, se dio reinicio a la Liga Española en su jornada 28 con un Arturo Vidal realmente exuberante. Es que el polémico chileno (que no deja indiferente a propios ni ajenos) volvió al ruedo -mostrando la capacidad física y futbolística que lo caracteriza- como si nunca se hubiese parado el mundo por un infame bicho de dudosa procedencia.

Es que más allá del gol al minuto de juego en el Estadi de Son Moix de Palma de Mallorca, Vidal volvió a demostrar que, enfocado estrictamente en lo futbolístico y con el amén del DT de turno, es el mejor volante mixto del mundo.  ¡Pero no tengan ninguna duda de aquello!

Ahora ¿A qué llamamos volante mixto en el fútbol moderno? Bueno, a aquel futbolista que tiene la gracia de realizar más de una función en el medio campo. Específicamente, aquel que tiene la capacidad física/táctica de recuperar la pelota cuando su equipo no la tiene, luego la técnica para poder construir un ataque con criterio desde sus pies y, por si fuera poco, el coraje y la determinación para terminar, circunstancialmente, pisando el área y tener la chance de definir como número 9 (así hizo el gol, de hecho).

Todo eso lo tiene Vidal, El Rey, y nadie más. Pero ¿Y Arturo? Sí, Arturo. Ese muchacho que nació en San Joaquín, vivió en una casa sin piso y se hizo fuerte desde la vereda del hambre de gloria en los pastos de Macul junto a un grupo de jugadores excepcionales que lo ayudaron a dar el salto al fútbol europeo… ¿Qué pasa con Arturito?

Bueno, Arturo es, también, aquel que en pleno Estallido Social tomó distancia del “clamor popular”. El mismo que al momento de pisar suelo nacional el 12 de noviembre del 2019 dijo -con frío y notorio desdén- “estoy con el pueblo, creo que se levantó y está pidiendo lo justo, pero a lo que vengo acá es a jugar”. El que más tarde bajó de su helicóptero escoltado por carabineros y se mostró compadre con Andrónico Luksic (símbolo empresarial del abuso en esta tierra) mientras el ¡Chile Despertó! hacía eco a lo largo y ancho de las calles del país (con perdigones y ojos vaciados incluidos).

Puñal de fin de ciclo para gran parte de aquellos que admiran incondicionalmente a los ídolos de la Roja. Grieta insalvable entre adorador y adorado que no podía ser de otro modo porque como dicen por ahí: “amor si cariño no es amor, es un peligro”. Y la gente, que también estaba viviendo su propio estallido interno, lo sintió de esa forma y, hasta los días de hoy, no perdona “la traición”. Perking fue su nueva condecoración por parte del respetable, tras ser bajado, por muchos, desde el olimpo.   

¿Es justo o injusto? No tengo idea. Pero de lo que sí estoy seguro es que la única verdad es la realidad. Y la realidad es que ambas facetas de Celiapunk están ahí, a flor de piel. Porque, así como podemos ver la omnipotencia de Vidal dentro de la cancha cada fin de semana a través de la TV cuando se pone la 22 del blaugrana, también podemos leer la publicación de turno en RR.SS de Arturo tratando de exculparse torpemente de su nueva y despectiva chapa.

¡Y ojo, no hay vuelta atrás eh! Pasa que el 8 de la Roja es uno de esos elegidos por la varita mágica. Es de esos personajes que sacan roncha y nunca, pero nunca, pasarán desapercibidos. Es el yin y el yang: el cielo y la tierra, la luz y la oscuridad, la mesura y la verborrea en una misma personay todo eso exacerba al máximo las pasiones. Entonces, ¿Qué se le puede pedir a la gente que fue criada por 40 años en base al individualismo y la mezquindad respecto a esta realidad? Poco y nada, creo. 

Ahora, ¿Qué debemos hacer los periodistas? A mi juicio, trabajar con absoluta honestidad intelectual e ir de frente. Y eso significa tener la capacidad (y la obligación) de diferenciar lo que uno piensa del jugador desde el ámbito personal vs. lo profesional. Y en esa yo soy “al pan pan y al vino vino”: No estoy de acuerdo con su actuar en el Estallido (para nada), pero eso jamás condicionará mi opinión de lo que veo en la cancha. Y por eso digo, sin ningún temor a equivocarme, que es el mejor volante mixto del mundo en la actualidad y, seguramente, el mejor chileno de todos los tiempos.


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