lunes, 26 de febrero de 2018

¡Qué el árbol no tape el bosque!

Foto: @udechile (facebook)
¡Ganó la “U”! Tercera victoria consecutiva del cuadro azul que apacigua las aguas, lo deja con 9 unidades en la tabla y al acecho del puntero del campeonato 2018, Universidad Católica (10pts). Triunfo con sabor a sudor y lágrima que seguramente llena de confianza a los jugadores de cara a lo que viene en el ámbito local y, fundamentalmente, en el internacional. Ahora, ¿Se espantaron todos los fantasmas del juego en la “U”? Pocazo diría yo.

“…con la producción de los chicos se generaron varias oportunidades a través del juego en sí, más que individualidades”. Esta fue una de las frases que tiró Guillermo Hoyos luego de superar a Deportes Temuco en el Germán Becker, pero ¿Fue realmente así? Más allá del cambio de esquema (forma) ¿La “U” mostró avances en su juego colectivo (fondo)? Puede ser. Ahora, pensando en el nivel de los equipos que se encontrará en Copa Libertadores, NO es suficiente.  

La verdad es que los azules, evidentemente, se ven más sólidos en defensa jugando con tres zagueros. La incorporación de Echeverría terminó por estabilizar mentalmente el juego de Vilches y ayudó a liberar a Jara -en cuanto a sus responsabilidades defensivas- para poder hacer lo que más le acomoda; ser la primera salida del equipo en base a su buen pie y pelotazos largos. Leve mejoría que, a nivel continental vuelvo a repetir, no alcanza.

Es que el tándem Bose – Soteldo por izquierda se torna demasiado esporádico sin tener un claro armador de juego que les permita moverse con fluidez por la siniestra. Y en este sentido, a pesar de que David Pizarro siempre te da un toque de serenidad (y sobre todo de calidad) con la pelota en los pies, ya no puede ser el ‘manija’ del equipo en soledad. Es evidente que necesita un socio.

Por otro lado, Lorenzo Reyes pasa por su mejor momento, pero expele un tufillo a desidia cuando se ‘suelta’ y toma las banderas dejando un pasillo gigante por el centro del campo que permite a los rivales (2 o 3 veces por partido) meter pelotas con ventajas a los delanteros que terminan quedando mano a mano con los centrales bullangueros. Y ahí sí que sufren…y mucho. En este sentido, OJO, no es lo mismo un face to face de Vilches con Alfredo Ábalos que contra Lautaro Martínez, De Arrascaeta o Rafael Sobis.         

Creo que el equipo sigue carente de posesión de pelota al momento de buscar ganar un partido y ni hablar cuando necesita ‘manejar’ el mismo. Es un hecho de la causa que, al primer intento fallido en generar pequeñas sociedades, el equipo se tienta a tirar pelotazos y, por consiguiente, a buscar maniobras individuales de Nico Guerra, Mauricio Pinilla o Yeferson Soteldo. No existe, todavía, un plan colectivo que le permita al equipo sostener un partido sin terminar con el bus en el arco y los dídimos en la garganta.

¡Al César lo que es del César! Me gustaría destacar que Guillermo Hoyos está dejando el dogmatismo de lado al intentar encontrarle la vuelta al equipo. Primero, cambiando el esquema (forma) y luego al atreverse a profanar sus misterios para hablar de fútbol (esto tras el partido en la IX región). Le he dado durísimo al argentino y me parece que corresponde este comentario.


Ahora, dicho lo anterior, voy a defender mi idea contra viento y marea: El déficit de la “U” está en la tenencia de pelota y, sobre todo, en la construcción de juego (fondo). Esto no ha cambiado en demasía de cara a Copa Libertadores, por lo que cuidado hincha, que el árbol (los triunfos) no tape el bosque (funcionamiento).

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