Foto: udechile.cl |
¡Lo ganó bien Colo Colo!
Cobros más, cobros menos, Tobar no tuvo injerencia en el resultado final. Nobleza
obliga, esa es la realidad. ¿Y ahora? A llorar a la iglesia. Universidad de
Chile, nuevamente, no estuvo a la altura
de su clásico rival y terminó ‘explotado’ en la cancha del Nacional.
Y es que lo de este domingo fue una de esas jornadas donde
los ánimos se predisponen a incendiarlo todo;
gol a tu favor a los 5’, te metes atrás (sin asco), cedes la iniciativa del
partido, te pegan un baile (con poquito esfuerzo) y te terminan ganando fácil. ¿Parece un desastre no? Bueno, lo fue.
Vamos a lo que pasó
en la cancha. ¿Por qué la U perdió un
nuevo Superclásico? A mi juicio, la respuesta es clara, repetida y los
culpables tienen nombre y apellido: Ángel
Guillermo Hoyos en un 70% y el resto, por supuesto, los jugadores. Lo pongo
al deté como el mayor responsable porque yo no le compro el verso de las
comparaciones, ni me como el caramelo de
las palabras de buena crianza, esas que no dicen nada, pero que buscan
engañar a la gente que deja la voz en la galería.
Pero, ¿Por qué responsabilizo en mayor medida al
entrenador argentino? Porque, definitivamente, en los momentos donde un
líder de grupo tiene que mostrar osadía al mando de un equipo grande, a Hoyos el poncho le queda gigante. Y ojo
que no lo digo yo, lo dicen los hechos, lo
dice el fútbol.
Contra Racing, tuvo la chance de jugar con un hombre más los
últimos 20 minutos, sin embrago el hecho de tener la obligación de ir a
ganar el partido, terminó por paralizarlo. Se lo comió el miedo escénico, no supo qué hacer y, por lo tanto, no lo quiso ganar. Tan en evidencia quedó en ese partido, que tuvo que ser Johnny
Herrera quien corrió 40 metros para ir a ‘aleonar’ a sus compañeros hasta la
mitad de la cancha. ¿Qué explicación les dan a los 40 segundos de Nico Guerra
en la cancha? Pavor, miedo al
protagonismo.
Lo mismo pasó ante el
archirrival este domingo. Luego del gol
de Mauricio Pinilla a los 5 minutos, el equipo (ipso facto) cedió la pelota y
la iniciativa al del frente para aguantar el mísero gol cuando faltaban,
todavía, 85’ por jugar. ¿Qué pretendía el entrenador? ¿En serio creía que lo
ganaba metiéndose atrás? Dicho esto, ¿Saben qué es lo más grave? Que Guillermo le mintió a la gente y eso es
imperdonable.
Sí, les mintió. Esto porque
en la conferencia de prensa -tras el partido- manifestó que el equipo NO se metió atrás, sino que fue
el rival quien los obligo a replegarse. ¡MENTIRA! Los reto a lo siguiente
(a quienes van a la cancha y a los que lo ven por tele): ¿Observaron la
reacción de Hoyos cuando el equipo estaba completamente resguardado y el rival
se les venía con todo?
¿Qué tipo de ademanes
hizo el DT? ¿Intentó sacar al equipo del
fondo? o ¿Pedía “orden”? Fíjense que -curiosamente- levantaba las manos como
diciendo “ok, se nos vienen así es que
mantengamos el orden defensivo”. En ningún caso le pidió a los jugadores que
recuperaran la pelota o adelantaran la línea de tres cuando reventaban la
pelota debido al agobio de los albos.
En serio, voy siempre
a la cancha y hace tiempo me di cuenta que abandonar
el protagonismo del partido -para ser actor secundario- es parte del repertorio
del cordobés y así, con esa anti-idea, es muy difícil aspirar a algo importante
a nivel nacional…ni hablar en Copa Libertadores. Gente, los desafío a que se
fijen en las expresiones de Hoyos cuando el equipo se repliega ¿Le molesta o le acomoda? El próximo
partido es con Cruzeiro, hagan el ejercicio y lo discutimos. ¡Ojo, un gesto
dice más que mil palabras!
El tema de Jean
Beausejour, a mi juicio, nació podrido. Nunca
se sintió cómodo en el club y los hinchas nunca lo reconocieron como uno de
ellos, nunca. Me parece que lo mejor para el jugador, la institución y, en
especial, para los hinchas, es que a mitad de año se vaya del Romántico Viajero,
ojalá bajo un monto importante, pero ya está, ciclo cumplido. La falta de respeto hacia el bullanguero no
tiene atenuante. Si me preguntan a mí, no debería jugar más en lo que queda de semestre,
pero…
Finalmente, quiero decir que me parece que los jugadores, poco a poco, se han ido mimetizando con los mediocres
planteamientos del entrenador a la hora de los ‘qué hubo’ y eso (hoy o mañana) va
terminar por quebrar el camarín. Herrera ya ha dado muestras de aquello y
lo sucedido en el Superclásico puede marcar un antes y un después en la
relación técnico-plantel. Otra prestación baja del equipo ante el clásico
rival, otra decepción para los más de 45 mil azules que hicieron explotar el
Nacional…¡otra vez sopa!
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